Nélida "Chela" Fontora nace en Tranqueras en una familia de humildes trabajadores rurales. Desde los siete años trabaja para colaborar en su hogar y siendo aún una niña acompaña a su padre en la primera marcha de los trabajadores salteños de “El Espinillar”. Su temprano compromiso con las reivindicaciones de los cañeros la convierten en una de las primeras referentes sindicales, militando junto a Raúl Sendic en la histórica experiencia de organización de los cañeros de Bella Unión en su sindicato UTAA.
“La lucha de las mujeres era doble, no sólo contra el patrón, sino también con nuestros propios compañeros. Ellos estaban siempre para las reuniones y la militancia, pero nunca para otras cosas"
Ingresa al MLN Tupamaros cuando la represión del gobierno uruguayo ya no le permite el ejercicio de sus derechos civiles y milita clandestina hasta que es capturada. Protagoniza una espectacular fuga colectiva y meses después cae prisionera nuevamente, sufriendo 13 años de prisión y torturas hasta ser liberada por la movilización popular en 1985. Desde entonces mantiene una labor de denuncia constante de los crímenes de lesa humanidad cometidos por civiles y militares integrantes del aparato del estado antes y durante la dictadura uruguaya.