100 sobre 100. Ilustraciones para cien filmes del siglo XX

Los carteles de cine forman un universo particularmente conspicuo obras de diseño gráfico. En función de su necesidad propagandística —en el caso de los carteles de cine deben ayudar a vender entradas o suscripciones a servicios de exhibición en línea— hay quienes aducen que el diseño gráfico no es arte, ya que las obras carecen de independencia, puesto que la voluntad del artista está limitada por la necesidad del cliente.

Pero se puede aducir que la pintura europea que consideramos arte, casi en su totalidad, desde el siglo XIV hasta el siglo xx, tuvo clientes y finalidades determinadas por ellos, es decir, fue casi idéntica en fines y procesos al diseño gráfico actual.

Oscar Larroca trastoca los términos con su usual visión desestructuradora y produce obras de arte que nos vemos obligados a definir también como piezas de diseño gráfico, Están subordinadas a una obra anterior (en este caso, a una película) y tienen un formato y una lógica simbólica característicos del diseño.

A partir de cien de sus películas favoritas produce piezas de arte y diseño. No es apenas una colección de citas, sino auténtico diseño, salvo que nadie se lo encomendó, de modo que se viola la primera meta del diseño gráfico (dejar satisfecho a un comitente) y si Larroca quisiera que la gente viera esas películas, no sería por otra razón que porque las considera, como de hecho son sus carteles, obras de arte, y no porque un distribuidor le encomendó el trabajo. Alejados en este punto del diseño, los carteles de Larroca son figuraciones potenciadas, arte sobre arte, hecho con aquellas herramientas que el viejo arte europeo prestó, por un tiempo, al diseño gráfico.

Cien extraordinarias piezas de arte visual que celebran cien obras maestras del cine, que veremos, a partir de ahora, con la mirada nueva que nos regala el ojo penetrante y luminoso de Oscar Larroca.