Montevideo, pequeño puerto tranquilo y pacífico de la América del Sur fue testigo sorprendido de la llegada del barco de guerra Graf Spee. Perseguido por tres naves y surcando el mar a toda velocidad se internaba, herido, en nuestro puerto. El inicio de la Segunda Guerra Mundial en las aguas del Atlántico Sur tuvieron pues, como partícipe a la capital de nuestro país.
De allí en más se desarrolla el relato histórico y mítico: la batalla legal para las reparaciones, los movimientos políticos, los distintos alegatos, los planes de escape de Uruguay (y Argentina). Finalmente, contra toda suposición, el capitán Hans Langsdorff deja nuestra ciudad y hunde el Spee a poca distancia del Cerro de Montevideo. La mayor parte de su tripulación fue llevada en una operación camuflada a Buenos Aires, ciudad donde pocas horas después y envuelto en la bandera imperial alemana, se suicidaría el capitán.