Tener un huésped en casa nunca había despertado tantas emociones y... pasiones.
«Por un momento pensé que tener a un chico sexy en casa sería una buena historia para contar, pero eso fue antes de que me diera cuenta de su actitud arrogante. Noté su prepotencia desde que llegó, sabía que él no quería quedarse en nuestra casa.
De hecho, la misma noche en que llegó le dije a mi madre que me incomodaba su presencia, que no me inspiraba confianza. Y lo mismo con mi padre, pero ninguno de los dos me hizo ningún caso.
¿Qué había venido a hacer aquel intruso a mi casa? Y lo peor de todo... ¿por qué me resultaba tan irresistiblemente atractivo?»
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