Los amigos del barrio y las aventuras compartidas en la infancia son el mejor retrato de esa época en que la vida entera se presenta por delante y se protagoniza la epopeya de saberse los dueños del mundo. Ese es el universo que rememora Eduardo Sacheri: el fútbol en la calle y en los potreros de los suburbios, las carreras en bicicleta, las guerras a piedrazos, el primer amor, la expedición a una casa abandonada, los petardos de Navidad y hasta el mejor gol de su vida. Aunque no se sabe con precisión dónde terminan los hechos reales y dónde empieza la fantasía, este libro narra historias de carne y hueso. Aquellas en las que cada juego es un aprendizaje esencial: el de la lealtad, de la alegría compartida, de la audacia y de la imaginación.
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