Hubo un Uruguay del optimismo. Fue el Uruguay de Maracaná, el de la industrialización, el que cambió la cara de las ciudades con los edificios de propiedad horizontal, el que fundó la Comedia Nacional.Ese Uruguay tuvo un líder político, Luis Batlle Berres (1897-1964). Creció desde una radio y la lucha política callejera. Defendió la República Española, se abanderó por los Aliados contra el nazismo, lideró en Sudamérica la causa del Estado de Israel, intentó acordar con Perón y terminó enfrentado por defender la libertad de expresión de sus adversarios.Continuador de la construcción del Uruguay moderno iniciado por José Batlle y Ordóñez, propició la industrialización del país y la tecnificación de nuestra agricultura, rubros a los que defendió ardorosamente en lucha contra los proteccionismos estadounidense y europeo que no aceptaban la transformación de nuestras materias primas.
Quien quiera entender el Uruguay de hoy no puede soslayar la figura de Luis Batlle Berres. Detrás de las nuevas industrias o de las escuelas de tiempo completo, está la conciencia industrial y la pasión educativa que él impulsó en los años de mayor crecimiento del país. En su defensa, se enfrentó con los conservadores por reformista y con los marxistas por demócrata.Hoy, a 50 años de su muerte, sin pasiones, se le puede observar como la figura más importante de la segunda mitad del siglo XX, cuyo ejemplo y obra perduran en lo mejor del Uruguay.Este libro es más que una biografía. Es la historia de un país y su gente. Es la pintura de un Uruguay al que debemos recurrir para entender el presente e iluminar el futuro.