El libro propone una especie de road movie y registra -con imágenes y palabras- impresiones, anécdotas, historias de vida y descripciones de pueblos que sufren la ausencia del ferrocarril. La travesía llega hasta el único tren de pasajeros que aún funciona entre Tacuarembó y Rivera, a la vez que da cuenta de la llegada de otro tren, sin ventanillas ni viajeros, que atraviesa los campos cargados de celulosa.
Las 10 estaciones elegidas para este viaje son: Colón, Mal Abrigo, 25 de Agosto, Montecoral, La Cruz, Colonia Suiza, Solís, Parada Esperanza, Piedra Sola y Laureles.
Este proyecto, financiado por un Fondo Concursable del MEC, es también una búsqueda estética en la creación de un "libro objeto" cuya tapa ha sido impresa con tipos móviles en homenaje a la vieja heredera de Gutenberg.
El formato apaisado (alargado) contribuye a potenciar la horizontalidad de las fotos y evoca la largura de las vías y -¿por qué no?- de la espera. Al final, el lector encontrará un mapa desplegable, juego entre la ficción y la realidad, que se suma a esta invitación de explorar viejos y nuevos tiempos.
Páginas: 144