“El progreso y el orden en nombre de la civilización necesitan —según la narrativa hegemónica— ir hacia un lugar y un tiempo determinados; sin embargo, el futuro no parece conducirnos a algo muy previsible. Hacer hipótesis sobre nuestra posteridad desde esta episteme occidental implica que estamos en un tiempo presente y que hay otro por venir, pero nada de esto es evidente.
Hay ‘un temblor en el ser’ —al decir de Timothy Morton— que habilita otras ontologías no correlacionistas, ontologías orientadas a los objetos, ontologías sin sujeto, hiperobjetos que se relacionan en una temporalidad otra, no humana. El mundo está dejando de ser kantiano: Dios, el Alma y el Mundo agonizan. Gaia irrumpe de mil y una maneras, es el último resto metafísico, casi un fósil.
La devastación planetaria y el desequilibrio climático se instalan en la era digital y lo humano se ve sometido a nuevas contingencias. El arte como zona de especulación y pensar desde diferentes cosmovisiones implica cohabitaciones múltiples, en una reinvención de futurabilidades. No se trata ya de enunciados ni de respuestas, sino de la afectación cruzada de discursos y saberes disciplinarios. Una episteme colonial se agrieta y filtra cosmovisiones desde una ontología de agencias diversas que amplía y ensancha el campo de los existentes, haciéndole lugar a una cosmopoliteia más allá de lo humano.
Fernando López Lage promueve el arte como un sensor de contingencias y nos invita a esta apuesta.”
Fernando Barrios
Páginas: 200