Lucía Topolansky y José Pepe Mujica se encontraron en la militancia. Cada cual buscaba, por separado, un mundo mejor, más justo, más solidario. En esa realidad de sueños colectivos y existencias clandestinas no contaban con hallarse el uno al otro y atisbar la posibilidad de un futuro de a dos, a pesar de los duros años de dictadura y los más duros años de cárcel.
Ese período de prisión política, que para ella duró trece años y para él casi quince, no los disuadió de sus deseos de continuar luchando por los mismos ideales. Entre otras cosas, esa ética compartida los reunió una vez restablecida la democracia y los impulsó a llevar adelante un proyecto común en lo personal y en lo político.
Por cuatro decenios apostaron a ser coherentes con esa filosofía. En su esfera íntima, optaron por una vida austera en su pequeña chacra de Rincón del Cerro, plantando, cosechando y vendiendo parte de su producción. En la esfera pública, por la militancia continua. Fueron artífices de la creación del Movimiento de Participación Popular, que desde sus inicios ha sido la fuerza política más importante del Frente Amplio. Durante sus años de actividad, ella fue diputada, senadora y vicepresidenta. Él, diputado, senador, ministro y presidente de la República.
Este libro es el resultado de una serie de entrevistas llevadas a cabo para el documental Un amor compañero, dirigido por Rody Olivera. En primera persona, sus protagonistas reconstruyen un vínculo basado en la convicción de que otro mundo es posible y de que vale la pena intentar llegar a él, juntos. En tiempos de desencanto, la historia de Pepe y Lucía no solo inspira: interpela.