«Era primavera y, como usted ya sabe, primavera es la estación de purga, así que estaban todas las calles repletas de cadáveres de los gatos que se habían matado durante la noche. En la parada unos niños se sentaban sobre los cuerpos».
Personas que desaparecen, pierden partes del cuerpo o se metamorfosean. Menores infractores con habilidades sobrehumanas. Hombres y mujeres del río que nunca pueden librarse del olor a pescado. El Otro Monte, balneario de casas amarillas, se sitúa en las afueras de Montevideo y casi nadie sabe que existe. Los vecinos, muy dispuestos a contar historias, son artistas brillantes porque crecen observando a la naturaleza y aprendiendo de ella su lenguaje poético. Las mujeres pueden parir animales, o transformarse en criaturas híbridas. La naturaleza de sus habitantes está en constante mutación; el pueblo funciona con otras reglas.
Héctor, un forastero, recibirá una casa en el Otro Monte como herencia de una tía de la que no recuerda saber nada. Persiguiendo sus huellas, irá descifrando los misterios de los pobladores, transcribiendo sus voces hasta formar este libro, porque confía en que la escritura es una forma de salvarnos a todos de desaparecer.
El resultado es una sorprendente amalgama de géneros y voces narrativas que transita con naturalidad entre el horror y el costumbrismo, el humor y la tragedia. Los personajes se hacen carne frente a nuestros ojos y luego se difuminan hasta convertirse en algo radicalmente distinto. Selene Hékate es una gran creadora de atmósferas que, en principio agradables o bucólicas, se van deshilachando de a poco hasta develar al Otro Monte como el hogar de las pesadillas más estremecedoras.