Troche dibuja a mano, artesanalmente. Pocos elementos: un tarrito de tinta, un pincelito y agua. Eso es todo. No necesita nada más para hipnotizarnos. Como a los buenos cantautores, le basta un instrumento para poblar de magia las horas. Equilibristas, violinistas, árboles y pájaros, linternas, lluvias y estrellas, sombras, hombres y mujeres, son algunos de los actore s de sus páginas. Nos interrogan sin querer. En silencio. Tute La honestidad no se puede fingir y menos aún en un dibujo. Por eso, me atrevo a decir que estos dibujos también son invisibles porque dejan ver a una persona que no esconde sus sentimientos.
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