“Lo más llamativo es la acumulación de imágenes coloridas, el lenguaje a la vez procaz y austero, y los personajes y paisajes montevideanos pintados con una crudeza que evoca los cuadros de Ensor o los grabados de Goya. La presencia de seres marginales se convierte en materia prima para una alquimia literaria que, más allá de la denuncia, la transmuta en belleza.” Mario Levrero, sobre Carnaval (El País Cultural)“En poco espacio, y a despecho de la sordidez de los hechos y los personajes chirriantes, la narración logra quedar adherida a la memoria por su fuerte exigencia formal. Cuanto más violentas y terribles son las anécdotas, más se extrema el cuidado en la elaboración de las metáforas o las imágenes, sin traicionar esa materia inicial fragmentada, deteriorada (…) sin saber por qué, el lector a veces no puede dejar de soltar una sonrisa o carcajada admirativa, que le provoca la energía expresionista del estilo.”
Elvio E. Gandolfo, sobre El rey de las cucarachas (El País Cultural)
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