Cuando la vida parece perder su sentido, necesitamos palabras. Cuando sufrimos un duelo, una traición, la soledad o una derrota, buscamos ayuda para recuperar ese sentido. El lenguaje del consuelo fue antaño el gran objeto de estudio de religiosos y filósofos, pero se ha ido desvaneciendo de nuestro vocabulario moderno. Desde el siglo XVI, la humanidad ha tendido a rechazar el alivio proveniente de los textos sagrados para, en su lugar, concentrar su fe en la ciencia, las ideologías y las terapias. Además, como advierte el gran pensador e historiador Michael Ignatieff, «hoy el premio de consolación es el que nadie quiere ganar. Las culturas que persiguen el éxito no prestan mucha atención al fracaso, la pérdida o la muerte. La consolación es para los perdedores».
Ignatieff explora con brillantez y de forma conmovedora el modo en que una serie de filósofos, escritores, artistas y músicos como Dante Alighieri, Albert Camus, Anna Ajmátova, Gustav Mahler o Primo Levi recobraron la esperanza tras momentos de desamparo. A menudo encuentra las claves donde menos lo esperaríamos: en el fracaso del estoicismo de Cicerón, en las noches de insomnio de Marco Aurelio, en las ilusiones rotas de Karl y Jenny Marx, recreando las situaciones en que estas grandes figuras encontraron el coraje, la fortaleza, la fuerza intelectual y la imaginación necesarios para hacer frente a su destino. En busca de consuelo muestra lo que esas historias pueden enseñarnos a la hora de afrontar las angustias e incertidumbres del presente.
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