Nuestros hermanos murieron porque se amaban.
Ahora estamos condenados a odiarnos el uno al otro.
Pero ¿y si eso es imposible?
Cuando Helena Weston regresa a Nueva York, tiene un único objetivo: limpiar el nombre de su hermana, cueste lo que cueste. Han pasado dos años y medio desde que encontraron a Valerie y Adam, el amor de su vida, muertos en la suite del hotel en la que habían estado de fiesta. Desde entonces, la familia de Adam no ha dejado de culpar a Valerie por sus trágicas muertes. Helena es la única que cree firmemente en la inocencia de su hermana y hará todo lo posible por descubrir qué pasó realmente aquella fatídica noche, pero, en su búsqueda de la verdad, se encuentra con el hermano pequeño de Adam. Helena sabe que debería odiar a Jess con cada fibra de su ser y, sin embargo, cada vez le cuesta más huir de los sentimientos que despierta en ella...
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