Educada en una familia tradicional, en tiempos en que las mujeres debían pedir permiso, Teresa Aishemberg decidió a los 18 años que no quería depender de nadie en la vida. Corría 1973 cuando ingresó como recepcionista en la Unión de Exportadores del Uruguay. Contra todo pronóstico alcanzó la gerencia, batalló con épocas, crisis, coyunturas y gobiernos de todos los tintes, y se jubiló reconocida como una de las mujeres más influyentes en la actividad empresarial del país, tras cincuenta años de trabajo ininterrumpido. Se abrió camino con sus dotes de autoconstrucción, su liderazgo y su poder de concreción que se traduce en el lema que la caracteriza, "hacer que las cosas pasen". Recorrer su trayectoria es asomarse a la historia del país y de quienes lo construyen. Interactuó con todos los presidentes y gobiernos, conoció de cerca el hacer político y la toma de decisiones, batalló contra el país que parece adormilado y navegó con esa "raza" -como ella les llama- de exportadores uruguayos expertos en malabares para colarse en el mundo. Pionera en terrenos tan disímiles como el hockey, la jardinería o la cría de brangus, este libro recoge sus múltiples facetas, que la encuentran hoy como emprendedora rural y con las ganas intactas de comerse el mundo, como el primer día.
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