Que en Uruguay se produce lavado de activos, no hay opinión que lo niegue.
También, no hay quien cuestione la percepción de que hoy esa práctica tiene como objetivo principal la monetización del tráfico de drogas y del contrabando.
La consecuencia de ello es que, desde hace mucho tiempo, circula dinero sin los controles debidos. Ingentes cantidades son lavadas mediante múltiples giros, entre otros, el agro, la construcción, el negocio inmobiliario, el contrabando, los partidos políticos, y la elusión fiscal de paises vecinos, mediante facilidades y ausencias de control. Pero el secreto bancario que atrae al lavado que ofrece Uruguay tiene el respaldo del Banco Mundial.
Plata sucia realiza un recorrido histórico sobre el desarrollo de fenómeno en Uruguay, con ejemplos concretos, algunos que no han trascendido públicamente. Esta práctica comienza antes de la dictadura, toma impulso y persiste hasta hoy.
El autor realiza un análisis y recoge múltiples opiniones de especialistas que están vinculados al tema desde diferentes miradas. En cambio, para el ciudadano común, el lavado de activos es un asunta menor, suele no conocer el tema de fondo, y mucho menos los males que le causa a la sociedad y a la economía.
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