Usted tiene este libro en sus manos y lo primero que ha hecho seguramente ha sido ir hacia la contratapa y leer este texto. Si bien confío en atraparle con lo que está en su interior, tengo claro que debo contarle algo de lo que encontrará y sobre el origen de lo que he escrito. Nací en Montevideo, pero mi patria es todo lo silvestre del Uruguay. Mi primera y mayor vinculación fueron y son aún las aves. La considero innata, porque no viene de crianza. Los de estos pagos nos fuimos encontrando con diversas acepciones del vocablo Uruguay: Agua que brota de cueva donde hay pájaros, río de los pájaros, río de los pájaros pintados. Lo que fuere es claro que el nombre del río procede del curso superior y no del tramo que nos toca. El ave de nombre común "Urú" no pertenece a la fauna uruguaya, sino que es una especie de perdiz montaraz, por así llamarle, de las selvas subtropicales. Había urúes allá en el lejano norte del río cuando éramos la Banda Oriental y es muy posible que el calentamiento global y la tropicalización los traiga en poco tiempo a lo que llamamos Uruguay. Pareciere que el territorio nacional podría no tener nombre, sino una definición de lugar: una república al este del Río Uruguay. Nunca me había propuesto escribir poesía, aunque tenía claro que portaba mucho de eso en mi mochila de vida. Pero, a comienzos de 2018, cuando se fue mi árbol más grande, mi mejor amigo y maestro, a acompañar a mi madre y a mi hermano, me llegó un ruido a agua y un poema tras otro en los meses y años que siguieron. Algunas de mis vivencias con lo silvestre están en este libro. Cada uno de los poemas va precedido de una prosa que refiere y presenta a cada especie, sus costumbres, algunos dichos criollos que les han dedicado, algo de historia y leyenda, mi postura sobre los peligros que enfrentan y mis causas perdidas sobre su conservación. Quizás estas últimas pudieran tener alguna chance si se escriben en poesía.
Jorge Luis Cravino
Páginas: 180