A Marin siempre se le ha dado bien guiarse por estas normas tácitas. Alumna ejemplar, y directora de la revista de la escuela, su sueño es entrar en la Brown University. Parece destinada a un futuro brillante, y su profesor de literatura, el joven y carismático señor Beckett, siempre está dispuesto a elogiarla por su forma de escribir, y a comentar libros con ella.
Pero llega un día en que «Bex» va demasiado lejos y se le insinúa. Marin está conmocionada, horrorizada. ¿Lo ha incitado de alguna manera? ¿Ha sido culpa suya?
Cuando Marin tiene el valor de explicárselo a la dirección del instituto, nadie la cree. A partir de entonces no le queda más remedio que enfrentarse cada día en clase a Bex, con la diferencia de que ahora él tiene cuentas pendientes.
A pesar de todo, Marin no piensa echarse atrás. Usa la revista de la escuela para pasar al contraataque y, tras crear un club de lectura, se gana la complicidad de las personas más insospechadas, como Gray Kendall, que siempre le había parecido el típico deportista sin cerebro. A medida que se caldean los ánimos, en el instituto y en su vida personal, Marin tiene que buscar la manera de empoderarse y escribir sus propias reglas.
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