26 ago 2019 Publicado en: Reseña
Largo pétalo de mar, de Isabel Allende

*Reseña escrita por Maudy Ventosa en laslecturasdeguillermo.wordpress.com

Por primera vez, Isabel Allende habla de la Guerra Civil Española y de cómo alrededor de dos mil exiliados escaparon de la dictadura a  través de Francia en un barco fletado por el poeta chileno Pablo Neruda, el Winnipeg, de cuya llegada se cumplen ahora 70 años. El título de la novela surge de un poema del poeta CUÁNDO DE CHILE:

OH Chile, largo pétalo
de mar y vino y nieve,
ay cuándo
ay cuándo y cuándo
ay cuándo
me encontraré contigo,
enrollarás tu cinta
de espuma blanca y negra en mi cintura,
desencadenaré mi poesía
sobre tu territorio…

El barco llegó a Chile antes de que ella naciera y escuchó la historia de  pequeña. Más tarde volvió a encontrarse con ella cuando trabajaba en  Naciones Unidas. Después, conoció en el exilio, en Venezuela, a Víctor Pey, empresario y periodista español, viajero de la esperanza -y al que dedica el libro- que le contó su historia, exilio, cruzar a  Francia a través de los Pirineos… Se estaba gestando la Segunda Guerra  Mundial.

Era una historia tan impactante que tenía que contarla, y comienza a documentarse: "he investigado mucho, películas, libros de historia, documentos de toda clase, mapas, mapas militares" Es más difícil para un escritor cuando escribe novelas históricas, tratar  de que todo eso no se note, de que lo importante sea la historia de los  personajes y lo demás se vaya deslizando disimuladamente. Y por supuesto que lo consigue a través de sus personajes principales, el joven médico Víctor Dalmau y su amiga la pianista Roser Bruguera. 

Vivimos la historia real de una España enfrentada y desangrada, a  través de la suya, cruda y trágica; las ilusiones truncadas de tantos  jóvenes que se vieron envueltos en el sin sentido y la muerte; de una  guerra civil que ellos no empezaron. La huída, el miedo y el frío a  través de las montañas para llegar a Francia, y la miseria y el hambre  en Argèles-sur-Mer. Chile los acogió con los brazos abiertos. Hasta la caída de Allende; donde todo vuelve a empezar.

Como en algunas de sus últimas obras, Isabel Allende aborda el tema de la emigración y los refugiados y no se muestra muy  optimista al respecto, porque cree que con el cambio climático y el  hambre, el problema será cada vez mayor. Afirma que el sentimiento antiemigrantes se da en todo el mundo, no solo en Estados Unidos y que no es nuevo, a pesar de que Trump ha hecho imposible pedir asilo, siempre  hay una parte de la población que se siente amenazada con el cambio,  amenazada con cualquier cosa que signifique adaptarse.

Cada oleada de  emigrantes en EE.UU. provoca el síndrome del “ascensor”: una vez que te subes no quieres que se monte nadie más. Ella sabe muy bien lo que es sentirse desubicada, ser de todos lados y de ningún sitio. Escribe sobre refugiados porque en este momento no podría escribir de otra cosa. Rara vez la emigración es bien recibida.

El otro gran tema es el del amor maduro. Víctor y Roser se casan por conveniencia, para poder emigrar juntos y hacen la  vida sin darse cuenta… y un día, ya maduros, se dan cuenta de que se  adoran. Es un enamoramiento que no habían sentido de jóvenes, porque el amor es confianza, complicidad, generosidad. El amor se puede dar en cualquier edad, lo veo a través de los años.

Largo pétalo de mar es la historia de un viaje en busca de esperanza, y como pasa a tantas  personas que se ven obligadas a abandonar su hogar, descubrirán que lo difícil no es huir, sino volver.


*Reseña escrita por Maudy Ventosa en laslecturasdeguillermo.wordpress.com

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