«Pies, para qué los quiero si tengo alas para volar».
Frida fue algo más que dolor y angustia. Quiso ser fiel a su arrolladora personalidad y se convirtió en una artista llena de vida. Su pintura es fiesta, color, sangre y vida. Fue una luchadora que decidió ponerse el mundo por montera y una mujer apasionada que no se conformó con estar a la sombra de su gran amor, el pintor Diego Rivera. Frida decidió vivir con intensidad, tanto las desgracias como las alegrías que le deparó la existencia.