En la novela Congoja (2017) Martín Gaínza estaba tratando de sobreponerse a un matrimonio liquidado, a una historia de pérdidas —madre, padre, madrina— y a una jubilación adelantada y levemente inmanejable. Se reencuentra con un amigo del liceo, con un amor juvenil y adopta a un perro, con nombre de apellido de poeta inglés: Larkin. En Misantropía (2022) fuga de Montevideo, se instala en Araminda e intenta reciclarse: vuelve al viejo amor juvenil, reinventa una profesión relacionada con la literatura, confía por última vez en su viejo amigo del liceo y por Larkin conoce a una mujer más joven que él y con un nombre prometedor: Fabla.
Iracundia encuentra a Martín Gaínza en Atlántida Serena, más viejo y desconfiado de todo lo que lo rodea, pero con una epifanía excéntrica, inusual. Algo se ha movido cuando la vejez parecía detener toda posibilidad de maravilla
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