Marcellus Dundee fue campeón mundial de los pesos pesados. Ahora se dedica a exhumar el pasado, la derrota, sus muchas derrotas. Para hacerlo cuenta con una libreta y una lapicera —esos son sus apéndices—, más Johanna, su mujer, y la memoria de los otros.
Marcellus viene de La Isla, geografía desconocida aunque imaginable en algún lugar del Caribe. En su tierra las mafias matan a los campesinos para quedarse con sus campos. O los obligan a trabajar como mano de obra esclava. Cuando se va de La Isla, es un peleador. De eso se valdrá para sobrevivir. En el nuevo país, entre marginados, tiene que luchar para poder comer.
Una acusación de dopaje deja a Marcellus sin la licencia profesional de boxeo. Acaba en la cárcel por armar gresca. ¿Su positivo es como el del ciclista Marco Pantani, falsificado por la mafia para ganar apuestas? ¿Alguien necesitaba que diera positivo en el control de drogas? ¿Uno de los suyos lo vendió? Pero ¿quién?
Matías Mateus investiga un mundo muy poco frecuentado por la narrativa uruguaya: el del boxeo. Su apuesta es a contar a través de los diálogos. Los relatos de las peleas, tan logrados, muestran el difícil dominio de las palabras para describir el movimiento, cosa que todo narrador busca y todo lector atento agradece.
Carlos Liscano