Después de haber conquistado una actitud menos dependiente, después de haber desarrollado nuestra capacidad de amar y de haber logrado enfrentarnos con las pérdidas y los duelos, después de darle un sentido a nuestra búsqueda de la felicidad y de tomar la decisión de intentar volvernos más sabios cada día, Bucay propone que nos aboquemos al último desafío, el de conectarnos con lo más esencial y elevado de nuestro ser, explorar el plano de nuestra espiritualidad.
Muchos han intentado apropiarse del camino espiritual proclamando que conocen su sentido y sus pasos, pero en este libro no encontraremos nada de eso. El autor parte de un concepto más abierto y mucho más amplio: la búsqueda de la esencia de cada persona, esos aspectos que están más allá de nuestra definición de nosotros mismos, lejos de las posesiones y los títulos, más allá de los logros y del éxito.
Este libro es una investigación acerca de la relación del individuo con lo intangible, con lo trascendente, despojada de toda creencia y prejuicio; la espiritualidad planteada como un rumbo y no como una meta. Como el propio autor enuncia, cuando el objetivo de nuestro camino es la búsqueda, lo más sencillo y lo más importante es comenzar a caminar.