El 20 de diciembre de 1974 amaneció con cinco cuerpos tendidos a la vera de la ruta 70. Acribillados. Los ojos vendados y las manos atadas en la espalda. Cubiertos de quemaduras. Torturados. Destrozados.
María de los Ángeles, Héctor Daniel, Graciela, Floreal y Mirtha Yolanda eran sus nombres. Tenían entre 26 y 34 años. Militaban en el MLN-Tupamaros. María estaba embarazada. Floreal y Mirtha tenían un hijo de tres años, Amaral, que fue secuestrado con ellos.
El 8 de noviembre estaban celebrando un cumpleaños en Argentina cuando fueron rodeados y apresados. Empezó un periplo de tortura durante el cual pasaron por varios centros de detención. Finalmente, fueron traídos ilegalmente a Uruguay en el vuelo cero. Eran los albores del Plan Cóndor.
Julio Abreu, el séptimo secuestrado, fue liberado bajo amenaza de muerte; solo se animó a hablar décadas más tarde. Amaral fue entregado a una familia de represores argentinos. Una década después recuperó su identidad con la ayuda de Abuelas de Plaza de Mayo. Hoy vive con su familia real en Uruguay.
El pastor Ademar Olivera, el investigador Federico López Romanelli, el periodista Roger Rodríguez, la jueza Mariana Mota y varios familiares y amigos de las jóvenes víctimas prestan sus voces para recuperar partes de la verdad negada por tanto tiempo. En este libro suenan, ensordecedores, sus gritos: ¡Memoria! ¡Verdad! ¡Justicia! ¡Nunca más terrorismo de Estado!
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